lunes, 5 de abril de 2010

Duelo: Prólogo, I.- Negación.

En estos días me pasaron un pequeño videito de una jirafa bastante graciosa jajaja en la que se reflejaban las famosas cinco etapas del duelo. El video me recordó un proyectín que yo tenía desde hace tiempo, relacionado con ese tema... No se si es por el hecho de que ahora existe el blog, pero últimamente me ha resultado poco más que imposible escribir en verso jajaja, así que volví a escribir en prosa *o*... La idea es contar la historia desde el concepto de las fases del duelo y tal, así que iré publicando fase por fase mientras las vaya escribiendo. Esto que viene a continuación no es nada del otro mundo... pero digamos que es un gran borrador, ojalá les guste...

- Prólogo
Cuando por fin llegó la calma, se pudo apreciar la apocalíptica escena: sangre en cada centímetro de la casa; cada mueble, cada cuadro limpiamente destrozado; los cuerpos de un hombre y una mujer mutilados y acribillados y un asustado niño observando las palabras escritas con la sangre de sus padres: "camina con cuidado, te tendremos vigilado, elige nuestro bando y no acabarás destripado".

I.- Negación

Aun me despierto en las mañanas con los gritos de mis padres taladrando mis oídos y la imagen de su sangre salpicando en todas direcciones fuertemente grabada en mi retina. Aun no lo creo. Me parece poco menos que imposible semejante escena tan bizarra.

Aun retumban con estruendo en mi mente esas palabras rubí en la pared, esa sentencia, ese dictamen, ese mandamiento que me persigue, me atormenta y me amenaza con ser como ellos... Y eso, aún, tampoco puedo ni quiero creerlo.

No me es posible aceptar el hecho de que tengo que matar para poder conservar mi vida. En qué cabeza cabe que cada paso que doy es vigilado y que si no cumplo con lo que ellos me han encomendado yo seré el próximo en una larga lista de asesinatos.

¿Qué clase de pesadilla estoy viviendo? Parte de un juego donde no soy dueño de mis propias acciones... Además este taimado grupo de matones está acechando, esperando el más mínimo error para utilizar mi sangre en su próxima obra de arte.

Por ahora debo mantenerme en silencio, quedarme en las sombras, mantenerme en secreto. A pesar de que me he acostumbrado a toda la ansiedad, la angustia, el miedo, sigo pensando que esta no es la realidad que me corresponde, no es la vida que merezco.

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