miércoles, 31 de marzo de 2010

¿"Te extraño" o "Me haces falta"?

Pues ambas son frases que se usan para expresar afecto a una persona con la que no hemos tenido contacto en mucho tiempo. Se utilizan para hacerle ver a esa persona que el puesto, el cuarto, el asiento, el cubículo que dejó vacío "duele" para los que se quedaron. Ambas frases se usan exactamente para el mismo fin pero mi pregunta es "¿de verdad significan lo mismo?", y la respuesta a la que llegué fue "no".

Para mí, estas dos frases tienen un trasfondo totalmente diferente, y creo que uno puede demostrar dos maneras muy diferentes de cariño, de afecto, de amor, dependiendo cuál de estas frases usas cuando te encuentras con alguien a quien no has visto en cierto tiempo. Aquí les explico un poco cómo lo veo...

Desde mi punto de vista "te extraño", es una frase bastante sentida, sin embargo, no tiene la misma carga sentimental que "me haces falta", lo demuestro con un ejemplo simple: la gente fácilmente puede decir "hm... extraño el reproductor de mi carro" o "vaya... extraño la pequeña campanita que tenía mi bicicleta"... o también pueden decir "me hace falta la batería del carro" o "me hace falta una rueda de la bicicleta"...

Obviamente el radio de un carro o la campana de una bicicleta son cosas que tal vez harían más cómodo, divertido el viaje, o harían ver mejor tu carro o tu bicicleta... son cosas que "extrañarías" si no están, sería triste que no estén... pero aún el resto del aparato anda...

En cambio... cuando hablamos de la batería del carro... o de la rueda de la bicicleta... son cosas simplemente indispensables para que alguno de estos dos transportes ande... "hacen falta" para que toda la maquinaria trabaje... para mí, pasa igual con las personas...

Hay quienes hacen tu vida amena, agradable, cómoda, divertida... y cuando no están, es triste... sientes que algo falta... pero el "carro" sigue... todavía la máquina puede andar; sin embargo están estas otras personas que más o menos te empujan, te sirven de apoyo... y cuando están lejos "hacen falta" para que puedas seguir trabajando igual...

La meta de esta entrada, más allá de escribir algo más en mi recién nacido blog jeje, es que vean cómo usan las frases y el mensaje que le están dando a las personas con sus palabras (es muy probable que haya varias entradas de este tipo jaja) y que antes de soltar un "te extraño" o "me haces falta" piensen bien lo que quieren decir, lo que significa esa persona... y dirigirle la frase adecuada y que refleje con mayor fidelidad lo que de verdad sienten...

Si tienes alguna opininión sobre lo que acabas de leer no dudes en comentar... lo que sea... desde insultos hasta invitaciones a cenar jeje... Nos vemos...

domingo, 28 de marzo de 2010

Dios no es el de antes

Dios... Dios está viejo. No como ya dijera Nietzsche de que el Todopoderoso ha muerto... no, no; de haber muerto esta humanidad tan defectuosa hubiera desaparecido en mucho menos de lo que le llevó desarrollarse. Simplemente, a mi parecer, Dios ha envejecido, Dios está cansado, Dios ya no es el mismo.

Y es que se puede ver claramente: terremotos, huracanes, incendios, inundaciones, erupciones... ¿no son cosas que en sus días mozos el Omnipotente podía manejar con una sola mano? Sin embargo hoy todos estos eventos se van de sus capacidades, como el anciano que ya no puede desempeñar sus actividades laborales.

Tal vez no es su culpa, así como no es culpa de ningún humano el hecho de tener una fecha de caducidad. A diferencia de que siempre hemos pensado que Dios es un producto no perecedero.

Puede ser que en esa magnífica semana de la creación, no se dio cuenta de que le estaba dando un poco más que un simple soplo de vida al mundo... y se le cayó su inmortalidad en algún lado. En el proceso de edificar su Opera Prima, olvidó cuidarse a sí mismo, y su esencia inquebrantable se rompió.

Pero podría yo ser un poco más osado y proponer que el Omnipresente pecó de humano, falló a su divinidad, y sufrió a un leve ataque de arrogancia al momento de la creación: Al ver que "todo estaba bien", no se le ocurrió crear un relevo para él. Pensó que era imposible que el ser que había ideado y materializado tanta belleza, perfección y armonía, sería incapaz de dominar su obra algún día, que necesitaría un segundo al mando, un aprendiz a quien pudiera legar todos sus conocimientos en el arte de "dominar una creación" y poder retirarse tranquilo, a disfrutar de una casa en la playa o la montaña.

Quizá también es que Dios se alimenta de la fe... pero eso que en algún momento llamamos "fe", hoy en día es una utopía digna del más elaborado cuento de hadas... Hubo una época en la que la gente moría en nombre de sus creencias. Aquel joven judío que clamaba ser el Hijo de Dios es uno de los principales referentes de esta realidad. Sin embargo, poco a poco el concepto de fe se fue distorsionando hasta que la gente empezó a matar en su nombre... y Dios no se alimenta de la sangre derramada a manos de sus fieles.

Dios no es muerte. Todo lo contrario. Pero igual siguen ofreciéndole tributos de miles y miles de personas muertas, como si él tuviera un cuarto donde coleccionara las almas de personas asesinadas en su nombre.

El punto es que la debilidad de la fe del hombre puede estar debilitando también al Todopoderoso pues, si nadie cree en él ¿para quién trabaja?, ¿a quién ayuda?, ¿a quién salva?... y no es que yo no crea en Él, pero dentro de su realidad, Dios es un concepto creado por el hombre... por lo que si el hombre deja de creer en Dios...

Dios no es el de antes y eso no debe tenerlo contento. Debe de estar desesperado, molesto consigo mismo... me atrevería a decir que está asustado. Asustado de fallar y de que todo se le venga abajo. Y ya a esa edad, en el estado en que se encuentra, ¿sería capaz de construirlo todo otra vez?

Dicen que el almanaque no perdona y, al parecer, no perdona ni al más misericordioso de todos. Ya no tiene los mismos reflejos, la misma chispa, la misma fuerza. Dios... Dios está viejo... Y lo vivimos día a día.