lunes, 26 de abril de 2010

Duelo: IV.- Depresión

Mucho tiempo después... tarde pero seguro jeje... creo que este va compitiendo con "Ira" en cuanto al que más me ha gustado o.o... enjoy

IV.- Depresión

Sólo unas cuantas palabras bastaron para desorientarme por completo. No supe de blanco o negro, arriba o abajo, frío o calor... bien o mal. Antes de poder advertirlo había sido lanzado a ese absurdo espacio gris, donde flotaba sin sentir absolutamente nada... y donde el fin justifica cualquier medio.

La confusión es inmensa. Resulta que eso de lo que escapaba es exactamente hacia donde me dirigía. Que lo que tenía por modelo, es el principal referente de lo que tenía por "lo que nunca debía ser". De sólo intentar analizar el asunto me da dolor de cabeza.

El mapa que me había trazado para conseguir la vida que soñé desde muy niño se convirtió en un gran chiste. ¿Y ahora qué? ¿Esconderme otra vez? ¿Quedarme encerrado hasta que ese destino ineludible me alcance al fin? Otra vez al inicio... Otra vez a esa detestable oscuridad.

Toda esta lucha por tomar las riendas de mi futuro... Y resulta que ahora siento que tengo menos control que nunca. Soy sólo otra marioneta en esta gran farsa; y como toda marioneta, no tengo voluntad propia: estoy a merced del guión que mi titiritero ha preparado.

Me siento inútil... Estúpido, incapaz, prescindible, desechable, descartable, impotente, inepto... E inútil una vez más. En vez de estarme quejando debería estar haciendo algo para enmendar la situación. Pero, ¿para qué? ¿De verdad vale la pena el esfuerzo? Igual luego la realidad me alcanzará... No hay ningún sitio en donde pueda escapar de algo que en realidad llevo dentro de mí.

¿Por qué siento esta tristeza? ¿A qué se deben estas lágrimas que bajan con dolor por mi rostro? ¿Acaso es mi cuerpo lamentándose por la muerte de mi mente, de mi espíritu? ¿Será mi cuerpo presentando sus últimos respetos ante mis sueños desbaratados? ¿Es mi cuerpo dándole una especie de extrema unción a esta débil alma agonizante?

Huí de ellos y la incertidumbre, la rabia y las ansias de venganza no me dejaron en paz por un momento. Fui hacia ellos y la desilusión, la desesperación y el miedo debilitaron mi razón por completo... ¿Hacia dónde corro ahora?

Creo que lo mejor será quedarme aquí... Atado a esta cama con las cuerdas de autocompasión que delicadamente he tejido. Aquí me quedaré. Aquí estaré dejando que la vida pase... Esperando que pase y que, con algo de suerte, en su camino, se olvide de mí...

1 comentario:

  1. Bebé me gusto bastante y me recordó al capítulo 8 de motivación, cuando lo leas entenderás, o tal vez ya lo leiste. Muy bueno :), Andrea Vivas.

    ResponderEliminar