martes, 20 de octubre de 2015

Ciudad herida


La ciudad está herida. Tiene grietas en las calles. De las grietas brotan personas,
se apelotonan unas sobre otras, se respiran en las nucas,
se manotean y se golpean los pechos unos a otros con ritmos primitivos.
La ciudad está herida.  Tiene cráteres enormes en el asfalto. Ventanas vertiginosas
que se asoman a mundos inexplorados. Pozos sin fondo en los que los conductores
lanzan sus maldiciones como monedas,
esperando que se les cumpla un deseo.
La ciudad está herida. La fiebre no se le baja con ningún trapo caliente,
sigue viendo duendes en las esquinas, espectros en los callejones,
fantasmas en Miraflores.
La ciudad está herida. En su desesperación intenta buscarles salida a los habitantes.
Les inserta el gusanillo de la diáspora,
los hace delirar con futuros fáciles en otras ciudades heridas.
La ciudad está herida.
Poco a poco se desangra.
Poco a poco se resigna.


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