El olorcito a café
me despierta y ya sé
que el día ha comenzado.
La calle me empieza a hablar,
ya lo puedo notar
en el rumor de los carros.
Todavía no amanece
y ya hay que despertar.
La vecina de en frente
ya salió a trabajar.
Así se mueve la gente
en esta enorme ciudad.
El metro está a reventar,
no cabe ni un alma mas
y el tren está retrasado.
Además del calor
un niño entra al vagón
a vender calendarios.
Todavía no crece
y ya tiene que trabajar.
De lo que haga depende
que hoy pueda cenar.
Así se mueve la gente
en esta enorme ciudad.
Un tráfico infernal
le impide avanzar,
volverá a llegar tarde.
Un programa de opinión
le recuerda que hoy
pudiera ser atracado.
La radio lo devuelve
a la triste realidad.
La ciudad donde vive
lo podría matar.
Pero no se entristece,
ya no hay vuelta atrás.
Así se mueve la gente
en esta enorme ciudad.